Petra Delicado, más en forma que nunca

(Rosa Mora)
          
Alicia Giménez Bartlett

 Mi querido asesino en serie es la décima novela de la serie de Petra Delicado. Y sin duda, junto con un Un barco cargado de arroz (2004), es una de las mejores.
  En esta, Alicia Giménez Bartlett aporta dos hechos contundentes: uno de ellos, que la inspectora de la Policía Nacional se vea obligada a colaborar con los Mossos d’Esquadra. El otro, la investigación de las fechorías de un asesino en serie.
  Una mujer aparece salvajemente apuñalada. Exactamente veintidós veces, con el rostro destrozado y una carta de amor despechado sobre su cuerpo. Esto es sólo el inicio de una cadena de asesinatos. 
  Más allá de la acertada investigación, y como todas las novelas de esta saga, Mi querido asesino en serie tiene dos lecturas. Una más lúdica, en torno a Delicado y el subinspector Fermín Garzón y sus matrimonios y familias, y otra, más reflexiva, relacionada con el contexto social. Ambas deparan momentos memorables.
  La incorporación del inspector de los Mossos Roberto Fraile al equipo Delicado-Garzón es desternillante, y no por la competencia entre ambos cuerpos de seguridad sino porque el pobre Fraile cae como un extraterrestre. No entiende nada de la relación entre estos dos personajes tan distintos y tan afines,  ni de sus métodos de trabajo. Sin ir más lejos, le parece una barbaridad que se maten a copas para combatir el desánimo o para celebrar algún avance en el caso.
  Por si fuera poco, Petra ya es cincuentona, no le gusta hacerse mayor y el austero Fraile no sólo es más joven que ella sino que es el jefe. No le perdona ni una y de paso lanza sus dardos envenenados contra todo lo que se mueve.
  Los chispeantes diálogos entre Petra y Garzón, que a menudo rozan el absurdo, son uno de los hallazgos de Giménez Bartlett. En esta ocasión se supera a sí misma creando situaciones disparatadas, como instalar un campamento para los tres investigadores en el despacho de Petra o hacer un picnic en el mismo lugar, con vino y mantel de cuadros incluidos. Sus historias tienen algo de parodia y ese es otro de sus atractivos.
 Cuando Alicia Giménez Bartlett (Almansa, Albacete, 1951) publicó la primera novela de Petra Delicado, Nido vacío, en 1996, no existían aún en Barcelona los Mossos d’Esquadra. De hecho, tardarían casi diez años en desplegarse en la ciudad. Es cierto que el género cada vez es más libre y se ciñe menos a convenciones, pero la escritora sabe que muchos lectores piden verosimilitud y que quienes investigan ahora la mayoría de delitos en Cataluña son los Mossos.
  Por eso hace tiempo que busca diversas fórmulas. En El silencio de los claustros, es la superiora de un convento quien exige que sea la Policía Nacional (Petra) quien investigue un asesinato y la desaparición de un beato. En Mi querido asesino en serie, la colaboración entre Mossos y Nacionales viene impuesta desde arriba. En cualquier caso, el resultado es bueno.
  La escritora cuida mucho la trama y el lector tiene garantizado el suspense hasta el final. Pero esto no es lo más importante de las novelas de Giménez Bartlett. Lo que de verdad seduce es esa mezcla de risas y tristeza. Los temas de trasfondo sobre los que obliga a reflexionar. En Mi querido asesino en serie hay varias cargas de profundidad: la soledad, más terrible aún en las grandes ciudades; la invisibilidad de las mujeres de cierta edad y el inevitable signo de los nuevos tiempos, la prisa, la aceleración, que todo lo contamina.
  Vale la pena leerla y, además, encontrarán un simpático homenaje a al librero Paco Camarasa.

Mi querido asesino en serie
Alicia Giménez Bartlett
Destino
412 páginas. 18.50 euros
12,34 euros ebook



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