Biografía de un perro
(Lilian Neuman)
El
perro puede ser fiel, valiente y constante. Pero también un animal fiero. Así
puede describirse a este tipo apodado “el perro”, un comisario de la Policía Federal de Argentina testigo de los años de plomo, del final de la dictadura y la entrada en un nuevo (y desconcertante) orden.
Que se publiquen las tres novelas protagonizadas por el comisario Lascano en un solo volumen no es arbitrario. Cada novela es un caso distinto, pero en total componen una sola historia: la vida de un tipo con tendencia a la calvicie, sin aires de galán (y sin embargo destinado a los grandes amores), arrasado por la pérdida, rescatado por su amigo forense y lanzado a la locura moral y sentimental con las que cabalga por años de historia. La de un país al que este autor le sabe captar los cambios de colores: desde la criminal dictadura a corruptos y ratas que se aferran al barco de la nueva democracia.
Ernesto Mallo FOTO: ANA PORTNOY |
Que se publiquen las tres novelas protagonizadas por el comisario Lascano en un solo volumen no es arbitrario. Cada novela es un caso distinto, pero en total componen una sola historia: la vida de un tipo con tendencia a la calvicie, sin aires de galán (y sin embargo destinado a los grandes amores), arrasado por la pérdida, rescatado por su amigo forense y lanzado a la locura moral y sentimental con las que cabalga por años de historia. La de un país al que este autor le sabe captar los cambios de colores: desde la criminal dictadura a corruptos y ratas que se aferran al barco de la nueva democracia.
La primera -Crimen en el barrio del Once,
quizás uno de los mejores relatos ambientados en la dictadura que pueden leerse hoy-, presenta
a este gran sabueso. Lascano es indivisible de ese paisaje del miedo. Y con su
lenguaje propio; Mallo tiene un lenguaje cortante con ráfagas de enorme verdad: esos coches Falcon detenidos en una calle, de noche, esa joven pareja que es arrastrada
de su casa y metida en uno de esos transportes a las tinieblas para ser
“chupada”. Se pregunta Lascano –ajeno al
aparato criminal a costa de su propia seguridad mientras el estado criminal es, en aquel 1979,
cien por cien policial-, cómo un hombre ciego sacado a rastras de su domicilio
puede ser considerado un peligroso subversivo. O esa chica asustada que
descubre escondida bajo la mesa de un burdel.
El gran acierto de Ernesto Mallo (La Plata, 1948) es ir desde
lo particular a lo general. Que Lascano pueda “desglosar” un triple crimen, y
es mejor no contar más; sólo decir que hace muchos años el escritor Guillermo
Martínez publicó su cuento “Infierno grande”, en donde llevaba a cabo una
operación de gran inteligencia, a través de la resolución de un aparente crimen
pasional. Los grandes narradores saben
dónde levantar y mover entre los escombros.
Las
dos novelas que siguen a esta se apoyan en aciertos de otra clase. La segunda, El
policía descalzo de la plaza San Martín, es sobre todo de una pasmosa fluidez
argumental. Una vez dado a luz este perro y sus criaturas, parecen moverse
solos, tristes y sin esfuerzo. Osvaldo
Soriano regalaba esta ilusión con sus personajes en una Argentina tierra de
nadie. La amistad es un gran tema, y el personaje del Topo Miranda, delincuente
que esta vez intentará rehabilitarse, un asunto de gran fuerza y sensibilidad.
Incómodo testigo y mucho más –aquí hay niños
robados por militares, delatores, negocios más que sucios entre militares, policías y
otros- Lascano llega a la jubilación, pero aún le aguarda el relato más bestia
de esta trilogía; Los hombres te han hecho mal. El tráfico de personas es el tema, la desaparición de una
chica, un encargo que lo lleva a Mar del Plata que, con el pertinente sarcasmo,
siempre se llamó “la ciudad feliz”. Es un final con remate, tremendo. Quizás
esta última novela es más aventurera (no por ello deja de ser crónica de amargas verdades), pero a mi entender la gran aventura de
este tipo está en esos bares de Buenos Aires en donde ya no espera nada (y algo
llega), en la caballeresca aceptación de la derrota, en el grito que él siente
encerrado dentro del pecho. En la amargura y la rabia que se traga ante esos
funcionarios que se rasgan las vestiduras, y de esa mayoría “que dice que nunca
se enteró de las atrocidades cometidas por los militares”.
Hay un fiscal en estas novelas que aguarda
pacientemente (pese a esa novia psicoanalizada que lo atormenta). Lascano le ha
entregado un informe tan incómodo como veraz, y él lo tiene en un estante de
su biblioteca entre dos volúmenes: uno de ellos es Qué es la justicia y
el otro Historia universal de la infamia. Esta es toda la protección
para el héroe. Y para los héroes y víctimas del aparato criminal. Y para los
sobrevivientes que ensayan una nueva historia. Todo lo demás es desprotección.
O como dice Mallo: “todo lo que no es útero es intemperie”.
El
comisario Lascano
Ernesto
Mallo
Siruela
458
páginas
22,95
€
No estoy seguro de merecer la emoción de esta magnífica reseña, pero la siento de todos modos.
ResponderEliminarErnesto Mallo