Lo que quiero es que me estrangules

(Rosa Mora)
Lo peor de este libro es el título, Bienes y codicia. Todo lo demás es bueno. La traducción no traiciona al original en alemán, pero no incita a la lectura. Se trata de una de esas placenteras historias de la escritora alemana Ingrid Noll, que cumplirá 80 años a finales de este verano.
La escritora tiene una habilidad especial para conjugar una serie de elementos que hacen sus novelas irresistibles: es capaz de convertir un hecho cotidiano en algo criminal; no hay buenos ni malos y por lo general tampoco policías; prima siempre el análisis psicológico de los personajes; humor negro e ironía. Y, además, aborda temas importantes que no lo parecen pero que dejan poso. La invisibilidad de las mujeres mayores, la vejez, la soledad, las relaciones humanas (el lado más oscuro), la familia… son algunos de ellos. 
Bienes y codicia, de reciente publicación,  gira en torno a la eutanasia y la codicia. Carla, de 63 años, bibliotecaria prejubilada, recibe una insólita oferta de un ex compañero de trabajo enfermo en fase terminal. Recibirá una parte de su dinero si le hace un pequeño favor, cuidar de su tumba y de su lápida.
El pequeño favor va creciendo. “Lo que yo quiero es que me estrangules”.  Su difunta mujer solía echarle las manos al cuello y a él le gustaba. Qué mejor que morir disfrutando cuando el cuerpo ya no aguanta más. Sí lo hace heredará todo (magnífica casa incluida). La mansión bien vale unos cuantos muertos, ¿o no?
La desconfianza, los celos (Carla recluta a una amiga y ésta a su novio y éste a….), la inseguridad y la duda. “Casi me avergonzaba de mis constantes escrúpulos y de tener una visión tan carca acerca del bien y del mal”, dice la ex bibliotecaria. La escritora muestra su talento y sabiduría.
Hija de padres alemanes (él era médico), Ingrid Noll nació en Shanghai y vivió también en Nankín. La familia dejó China para instalarse en Alemania en 1949. Estudió (y no acabó) Filología Germánica e Historia del Arte. Se casó en 1959 y, tras criar a sus tres hijos, se dedicó a la escritura.  Desde entonces no ha parado.


Ingrid Noll
Bienes y codicia
Traducción de Marina Widmer
Circe

280 páginas. 17 euros



Comentarios

  1. Lo que nás me gusta de este comentario es la ambiguedad moral que tiene la escritora delante de esta particular oferta. Interesante para leer sobre todo para aquellos que no nos gusta especialmente la literatura de polis y asesinos. Quizás sea adecuado el título de la novela teniendo en cuenta el extraño encargo de uno de los personajes del relato. carme anfosso

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  2. Hola, amiga de Lilian. Tienes razón. La ambigüedad moral es una de las características de la narrativa de Ingrid Noll. A mí, el título me suena a antiguo, al XIX, como si quisiera rendir homenaje a Jane Austen (que me gusta mucho). Si te interesa el tema de la ambigüedad o el de la codicia (sin polis ni detectives) te puedo recomendar de esta autora "Como una dama" o "Benditas viudas".

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  3. Hola, amiga de Lilian. Tienes razón. La ambigüedad moral es una de las características de la narrativa de Ingrid Noll. A mí, el título me suena a antiguo, al XIX, como si quisiera rendir homenaje a Jane Austen (que me gusta mucho). Si te interesa el tema de la ambigüedad o el de la codicia (sin polis ni detectives) te puedo recomendar de esta autora "Como una dama" o "Benditas viudas".

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