CONVERSACIÓN: INGRID NOLL


Rosa Mora y Lilian Neuman

(L.N.) -¿Qué te atrae de las novelas de Ingrid Noll?

-(R.M.) -Lo que más me atrae es el contraste. Me gusta la novela negra dura y Noll, como dices en tu reseña, es un genial divertimento, que me hace reír sola.

-(L.N,) -¿Crees que es, como se ha dicho, Patricia Highsmith en forma de comedia?

-(R.M.) - Patricia Highsmith es más dura (y mejor). Sus personajes son maravillosamente amorales y te crea angustia porque te obliga a ponerte siempre de parte del malo. Ingrid Noll, con un humor negro pero amable, es una maestra en convertir seres teóricamente honrados en perfectos asesinos. Sabe retratar muy bien, en clave negra, el universo femenino.

-(L.N.) -¿Qué otro ejemplo se te ocurre de comedia negra?

-(R.M) -Solo se me ocurre un ejemplo de ese humor negro:  Higiene del asesino, una de las primeras novelas de Amélie Nothomb, curiosamente también publicada por Circe, antes de que la encumbrara Anagrama con novelas más intimistas. La historia va de un anciano, Prétextat Tach, premio Nobel de Literatura y acérrimo enemigo de las entrevistas, al que solo le quedan dos meses de vida. Concede, por fin, cinco entrevistas y los periodistas las pasan canutas. Humor, crueldad, cinismo.

(L.N.) -¿Hay alguna novela de Ingrid Noll que recomiendes más que otras?

(R.M.) -Recomiendo especialmente una: Como una dama. Un análisis agudo de la invisibilidad de las mujeres mayores: Dos amigas de 70 años viven juntas. Son unas abuelas muy peculiares. Anneliese se ha cargado a su marido con unas hierbas venenosas que ha plantado en su jardín. La vida cotidiana, la diferencia de caracteres mina su relación y la cosa empeora cuando ambas ponen sus ojos en un antiguo novio de Anneliese de cuando eran adolescentes. Cuando todo está a punto de romperse, llega la solución: forman un trío y ambas saben que, si a la larga, Ewald se pone pesado siempre podrán recurrir a las plantistas del jardín de Anneliese. Estupendo ¿verdad?


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